Las relaciones a distancia de forma efectiva a simple vista parece sencillo de llevar a cabo, sin embargo, hace falta mucho más que: una conexión a internet, hablar otros idiomas, adaptarse a los horarios de otros países.
Hace falta saber cómo gestionar, ya que de otra manera esta tarea puede transformarse en una pesadilla para colaboradores y líderes. Su complejidad reside en la articulación cultural entre las personas del grupo, esto es poder integrar en un equipo distintas maneras de ver el mundo y de expresarse. Hay que unir diversos elementos simbólicos, con el desafío adicional de hacerlo a la distancia.
Sabemos que lo que en una cultura puede resultar simpático, puede no serlo para otra, y todo esto puede ocurrir hablando el “mismo idioma”, que nunca es el mismo incluso cuando lo es.
Entonces, ¿Qué deberíamos considerar para gestionar la diversidad a la distancia?
Primero aceptar que se trata de un aprendizaje mutuo que tomará tiempo. En el camino habrá aciertos y desaciertos.
Luego, el primer paso es conocer a las personas, saber qué es importante para ellas, sus intereses, averiguar sobre las costumbres en sus países.
En el plano de la comunicación, lo primero que se debe tener en cuenta es el significado de las palabras, las expresiones idiomáticas, el intercambio de frases y formas de decir.
Aunque esto no eliminará los malentendidos, los va a acotar y de eso se trata porque como antes mencionábamos van a existir, pero es diferente considerarlos como parte del aprendizaje en lugar de un “error” que causa malestar.
Después de todo, pensemos en lo siguiente: que lo único que tenemos en común y compartimos todas las personas son las diferencias. Si lo vemos de esta manera, las diferencias nos unirán.
Fuente: callcenternews
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